Malos tiempos para la crítica

"Solo entonces, cuando discrepar no requiera heroísmos, podremos estar seguros de nuestros acuerdos."
Félix Ovejero. Escritor y profesor de Ética y Economía.

Discrepar del adversario, hoy casi convertido en enemigo, es obligatorio. Pero discrepar del correligionario empieza a ser heroico. Solo la adhesión inquebrantable garantiza la permanencia. Quien quiera escalar dentro de su grupo, empresa, organización o partido, debe mostrarse dócil y pastueño. El discrepante se convierte, por el mero hecho de serlo, en sospechoso. El resultado de esta unanimidad forzada es la desaparición de la crítica tan necesaria para el avance en cualquier ámbito, desde el científico hasta el político. Cuenta Ovejero que algunos científicos empiezan a usar seudónimos en sus comunicaciones para no sufrir el rechazo o el ostracismo. Así solo triunfan los dogmas. Malos tiempos para la crítica.

La opinión de Murcia, 15 de julio de 2021.


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