El notario visceral

"Como todos los sentidos, el interoceptivo radica en el cerebro, particularmente en la corteza insular, un territorio sumergido en un plegamiento del lóbulo temporal. Sus neuronas son las que hacen que en cada momento sintamos cómo está nuestro cuerpo, el grado de bienestar o de malestar que tenemos."
Ignacio Morgado Bernal, catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Resulta que tenemos un notario en el cerebro levantando acta de la información que el nervio vago le aporta acerca de la fontanería interior de nuestro cuerpo. Así, el vigor de la juventud no es otra cosa que el resultado de la perfección con que se engarzan y ruedan los engranajes de nuestras vísceras todavía lustrosas, que no acusan aún el maltrato que les damos y nuestro notario cerebral nos premia con alegría y optimismo. Y la tan cacareada crisis de los cincuenta no es, entonces, otra cosa que el reflejo en el cerebro de los deterioros que se acumulan en nuestra mellada maquinaria.

La opinión de Murcia, 18 de agosto de 2021.


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