Del puente a la sentina


Capítulo 50

La labia hace milagros


A las dificultades que ponían algunos concejales de la oposición a la empresa que quería levantar la central eléctrica de ciclo combinado había que sumar las de los ecologistas de la zona, que se oponían a su construcción radical y ruidosamente, ¡vaya novedad! A menos que se crean que tengo superpoderes, ya me contarán cómo puedo yo influir en la valoración que haga un grupo ecologista, con lo cerriles y fanáticos que suelen ser sus miembros, y cambiar sus puntos de vista. En los ayuntamientos hay más margen de maniobra, pero tampoco mucho, no crea. Cuando en la oposición, sea del partido que sea, se empeñan en boicotear un proyecto del grupo de gobierno, ya se puede tratar de convencerlos de que el beneficio para el municipio va a ser grande. Cómo si el sectarismo, y especialmente el sectarismo a nivel municipal, permitiera en este país acercar posiciones entre partidos políticos rivales. Cuando hay dos grupos municipales claramente definidos, que casi siempre son PP y PSOE, pero que pueden ser otros, hasta los partidarios y votantes de uno y otro grupo compran en distintos establecimientos. Incluso cada grupo organiza sus propias iniciativas benéficas, tipo banco de alimentos, y los que contribuyen a una no lo hacen con la del rival político. Así es este país. Los partidos a nivel local son las auténticas tribus de nuestra época. Créame, señoría, a nivel local se dan casos tan pintorescos como el que llegó a mi conocimiento de una determinada localidad leonesa. En ella, un fontanero denunció a un pequeño constructor, del que en buena medida dependía para tener trabajo, por poner, sin tener los permisos en regla, unos andamios en un solar de un pariente suyo. ¿El motivo de denunciar al que le podía dar trabajo? Pues que ambos eran concejales de grupos políticos enfrentados por el poder municipal. Así que ya me dirá qué puede hacer alguien como yo para poner de acuerdo a gobierno y oposición municipales en la conveniencia de autorizar una instalación. Pero no, tampoco le voy a negar que lo he intentado. Sin juego sucio, por supuesto. Hablando con unos y con otros y usando la persuasión que, al parecer, no se me da mal. Hasta los que no me pueden tragar dicen que tengo mucha labia.

Y le digo que hay muchas habladurías en este caso. La misma Hispalectric habló mal de uno de sus ejecutivos que supuestamente tuvo tratos conmigo. Más que habladurías, habría que llamarlas escribidurías, si es que tal palabro existe, porque llegó a circular un libelo entre los empleados en el que se desacreditaba al ejecutivo en cuestión.

Publicado el 20 de agosto de 2022.


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