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O tempora |
Tan marquesamente
Para finalizar los fastos del décimo aniversario de su coronación, el rey de España ha nombrado seis nuevos marqueses. Dos deportistas —Rafa Nadal y Teresa Fernández Perales—, una fotógrafa —Cristina García Rodero—, un antiguo jefe de la Casa Real —Jaime Alfonsín—, una cantante —Luz Casal— y un científico —el bioquímico Carlos López Ortín—. No seré yo quien proponga un criterio para determinar quién tiene méritos y quién no para ser marqués, si es que se accede a la nobleza desde la plebeyez por algún tipo de mérito. Pero choca que solo haya un científico —cuyo marquesado, por cierto, es el único no hereditario— entre el elenco de nuevos títulos. Los deportistas seguirán, pues, figurando como modelo para el buen pueblo español por delante de los científicos. Que no falte el circo.
Antropología
Hay varias tradiciones patrias muy arraigadas que merecerían un profundo estudio antropológico para tratar de dilucidar hasta que punto están enraizadas en nuestro modo de estar en el mundo. Entre ellas está el uso inveterado de la recomendación para casi todo. ‘¿Conoces a alguien del tribunal?’ es la pregunta obligada a todo opositor. Conozco de primera mano el caso de un tribunal en el que, para evitar disputas, pactaron que cada miembro tenía ‘derecho’ a que se le aprobase un solo opositor. Está también la figura del que otorga carguitos. El caso más notorio era Baltar el Viejo, que tenía a treinta y tres porteros pagados por la Diputación de Ourense para un local con dos puertas. Se ve que era malo de guardar. También es notorio el caso de los que están en política “para forrarse”, como Vicente Sanz, secretario general que fue del PP valenciano. ‘At last, but not least’ mencionaremos a los que para accionar utilizan como palanca más fuerte la mordida. A la luz de la rigurosa ciencia antropológica es como deberíamos analizar la triada Ábalos/Koldo/Cerdán. Tal vez así podría explicarse la ceguera selectiva del presidente Sánchez que no lo vio ni en la estrecha convivencia del Peugeot.
Irse de frutas
Nos extrañamos de que a Isabel Ayuso le guste la fruta. Disfrutan de las frutas muchos españoles. No en vano somos un país hortofrutícola. España encabeza el ‘ranking’ europeo de usuarios con un 33% de fruteros, digo puteros. Cuando uno está en medio de un grupo lo suficientemente numeroso puede afirmar, sin temor a equivocarse, que aproximadamente un tercio de los presentes es putero. En su día, José Luis Ábalos ostentaba la representación de ese tercio de la población hispana en el Consejo de Ministros. Koldo simplemente estaba dentro de la cuota correspondiente al Ministerio de Transportes. El caso de Cerdán es más problemático. El cargo de secretario de Organización de su partido es unipersonal. Quizás por eso aún no se sepa si es o no es frutero.
Del dosier al ‘podcast’
En los lejanos tiempos en los que Mario Conde encarnaba a la ‘beautiful’ canalla volaban las dagas y, sobre todo, los dosieres como armas arrojadizas. Sin embargo, y pese a todo lo que se diga, España ha sabido sumarse a la modernidad y ahora todo matador de cangaceiros que se precie ha incorporado a su panoplia el correspondiente arsenal de discos duros. El campeón indiscutido es el comisario jubilado José Manuel Villarejo, cuya marca de 32 terabytes almacenados es realmente difícil de batir. Modestamente, Ábalos guardaba en su piso de Valencia 34 dispositivos con material sensible, de los cuales al menos uno era tan delicado que le encargó a Jennifer —de nuevo la fruta—, en la misma jeta de los miembros de la UCO que registraban la vivienda, que se lo llevara oculto entre la ropa cuando salía a pasear al perro. “Llévate algo de desayuno”, le dijo. Y es que no hay nada tan sano como desayunar fruta. |
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Artículo
aparecido en:
La Opinión de Murcia |
Fecha publicación:
22/06/2025
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